sábado, 20 de marzo de 2010

Realmente ya no se si estoy orgullosa de ser quien soy. Siempre me había gustado mi forma de ser. Creía que era alegre y que había que verle el lado positivo a todo; y de no ser así, al menos no dramatizar. Hacer los problemas chiquititos. Insignificantes. Me gustaba pensar que no me enojaba mucho con las personas, excepto con mi padre [eterno ritual].
Ahora no puedo decir lo mismo. Siento que me decepciono. Es que a veces tengo tanta bronca adentro, t a n t a. Es algo que no puedo explicar, y muchas veces no se por qué. Me dan ganas de gritar y trato de ser lo más hiriente posible, hablo en serio. Quiero ver que la otra persona sufra, y después me da asco de solo pensarlo. Digo cosas sin pensar, y a veces se me va de las manos.
Siento odio. O al menos eso es lo que creo. Cuando tengo la mente clara me doy cuenta de que nunca odie a nadie seriamente, y que es improbable que alguna vez lo haga. Pero en esos momentos mi cuerpo se inunda de bronca, me sale para afuera. Quiere escapar. Y se me caen las lágrimas, por cosas pelotudas. No hablo de ser sensible ni llorar con las películas; no. Habló de llorar de la bronca, de la impotencia, de las ganas de no ver a nadie. Y lloro. Me brotan las lágrimas de los ojos e intento contenerlas. Después me siento liberada. Y en ese momento pongo un poco de música, o al menos la pienso. Y ya está. Ya pasó. Pero no es que sea así porque intento que se termine el enojo; simplemente se va. Aunque lo intenté no puedo guardarle rencor a nadie, y eso me hace sentir peor todavía. Peor por el hecho de que querías hacerle mal. Y eso es terrible.
Me siento mal conmigo pero no por ningún clase de trauma adolescente. Me siento mal por reacciones simples; humanas. Si hago algo malo, tengo culpa. Y últimamente son muchas las veces en que lo hago. Pero si no fuera así, no habría nada más que me molestara de mi persona.
Solo la CULPA, que me carcome por dentro por las cosas más insignificantes desde que tengo memoria.
No me molesta no hacer amigos fácilmente. No me molesta ser demasiado tímida en algunas ocasiones. No me molesta siempre dar un comentario pelotudo. No me molesta mi sinceridad. No me molesta ni siquiera mi (creo que mayor) defecto físico. No me molesta mi nariz; por la que tanto me cargaron. No me molesta haber sido un poco gordita de chica, otro motivo de burla. No me molesta nada de eso. Por lo tanto, excepto por eso, puedo decir que si estoy orgullosa de ser quien soy.

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