sábado, 11 de septiembre de 2010


En este momento de mi vida es simplemente imposible levantarme temprano. Bueno,
¿a quien engaño? Ni siquiera puedo llamarle temprano a eso. Necesito levantarme todos los sábados para estar a eso de las 12.30 en el centro de mi ciudad. Mi cálculo mental del tiempo que necesito para estar lista a ese horario es el siguiente:
12.30-30-30-30=11.00
Media hora para bañarme, media hora para irme, y media hora adicional. La última ni siquiera es necesaria, es decir, podría levantarme tranquilamente a las 11.30. Pero no puedo, simplemente es así. Ya ni siquiera me preocupo en llegar temprano a mi clase como para "no romper la tradición".
Pero hablando en serio, tiene que cambiar esto. Porque no me gusta ser tan impuntual, a mi no me gusta que me dejen esperando, y dicen que no hay que hacer lo que no le gusta que le hagan a uno. No me gustan las personas impuntuales, y yo antes no era así. La próxima clase que tenga me voy a esforzar por llegar temprano. Lo admito, no me la creí ni yo.

Todo bien con Topa y Muni de Playhouse Disney, pero la voz de Muni, que se parece bastante a una corneta sumamente aguda, me está empezando a aturdir. Además con eso de los bailes de Latinoamérica mi hermanita acaba de decir "a mi me gusta bailar cumbia", y "a mi me aburre bailar ranchera". Definitivamente, todo un crimen.

Que cansada que estoy, caminé mucho hoy. Todo un tema los muchachos de la construcción. Hoy iba caminando con una amiga y se pusieron a gritar cosas, de lo más agradable, unos piropos que parecían inventados por el mismísimo Borges [si, claro]. Y mi acompañante, muy disimuladamente y en voz baja, me dice algo así como "que viejo sucio". No me pregunten si el chabón tenía un oído supersónico o qué, pero escuchó y dijo lo siguiente:
-"Ya se, soy un baboso, ¿y qué? ¿Pero qué querés que te diga? Si sos hermosa."
Créanme, fue más gracioso de lo que parece, voy a incluir algunos detalles.
1) El chabón era un gordito con un gran parecido a Colagusano
2) Estaba vestido con un estilo "Daniel el travieso", con muchos colores y una gorrita de visera. Me sorprendió no ver una resortera en su bolsillo trasero.
3) Tenía la voz como cuando te tragás el gas de un globo, bien finita.
La cuestión es que me tenté.



Tengo mucho hambre, me gustaría ser parte de una de esas familias en que cenan a las ocho o a las nueve de la noche, debe estar buenísimo. Quiero comida, quiero comida, quiero comida.

Fin.

1 comentario:

Opiniones, cerezas y champignones.