jueves, 9 de septiembre de 2010


Si leo quiero escribir, y cuando escribo quiero leer. Es un círculo que no se cierra nunca ¿entonces es círculo? Si, y no. Está y no está completo. Todo el mundo es ignorante en algún punto. Borges era ignoraba, Aristóteles ignoraba, tanto como yo ignoro y todos ignoramos, y mejor paro acá porque estoy por cumplir el cupo de dos cosas:
·Cantidad de veces en la vida que se puede decir la palabra "ignorar".
·Texto más largo sin una coma, jamás antes visto.

En fin, me pasa siempre mientras leo que me asaltan las ganas de escribir. Y cuando escribo, siento que necesito mucho más todavía, vuelvo a la lectura. Y así sucesivamente. A lo largo de mi vida llegué a un par de concluciones:
·Me termina dando paja y no hago ninguna de las dos cosas.
·Complico un poco todo ¿no?

Sacando en limpio de todas las experiencias vividas, puedo decir que se sólo tres cosas:

1) Los mejores finales no son siempre felices.
2) Me gusta la comida.
3) El mejor amigo de un perro es otro perro.

Si, así de mal estoy.

Adiós.


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