lunes, 14 de noviembre de 2011


¿Viste cuando querés decir algo pero no tenés nada para decir? Bueno, así. Siento la necesidad de hacer una entrada en el blog, pero sé perfectamente que por muchas veces que intente escribir algo que fluya, va a ser en vano porque no tengo nada para decir. Aunque ahora que lo pienso bien puedo comenzar con lo que mi madre llamaría diarrea bucal (bueno, esta sería por el teclado... ¿diarrea dedal?). Estoy escuchando Pino, de La Vela Puerca. En mi casa hay un pino, anteriormente había dos. Es algo raro, bah, estoy acostumbrada a que esté ahí, pero cuando veo un árbol de la misma especie en otro lado me doy cuenta de que es muy grande para una casa. El fondo de mi casa es grande. Grande como... ¡no! ¿Por qué no funciona? Oh, Jesús, hacé tu magia. Se supone que debería poder relacionar conceptos después de tantos años de publicar incoherencias.

Y en ese instante en que pienso que este espacio cibernético no tiene destino, un mosquito se acerca y lo asesino con un solo golpe. Fuck yeah.

Ah, y me da lástima el Forever alone.

Eso.

1 comentario:

Opiniones, cerezas y champignones.