lunes, 26 de diciembre de 2011


Qué lindo escuchar los Beatles. Incluso con el mal humor, la música siempre es buena acompañante. Ayer fue Navidad. Eso puede ser tomado como un sinónimo a comer como vaca todo el día (aunque he de admitir que hubo peores atracones). Y básicamente, eso. Well, well, well, you're feeling fine. Qué linda canción. Me gusta tener una cuchara en la mano, aún cuando está vacía. Me gustan los brazos suavecitos y la parte que va desde la parte de abajo de la pera hasta la del cuello. Me gustan los signos de puntuación. No me gusta recibir visitas. Me cae bien el chico del quiosco de la esquina violeta. Me confunde viajar en colectivo por una calle que no conozco y la dirección de los trenes. Definitivamente me desesperan los subtes cuando están excesivamente poblados. Me da miedo desarrollar alguna enfermedad que me afecte las manos, o mismo perder dedos y todo eso. Me gusta que el arbolito de navidad esté prendido de noche. Me gusta estar sola, y el silencio. Me caen mal las "fechas importantes" y me acabo de acordar del calendario que tenía hace dos años (el mejor de la historia, vale aclarar). Es demasiado corto Revolver, siempre me deja con ganas de escucharlo de nuevo. Pero es parte de su genialidad, supongo. Sin embargo Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band no se queda atrás, ¡no señor! It's getting better all the time. Odio este día. Definitivamente lo odio. Esto es una mierda, una mierda. Eso. Son las 03:30 a.m. del 27. Esto lo empecé ayer. El día pasó, bien, como un día normal pero lindo. Todo mejora al final, aunque todo sea una gran mierda por momentos. Es esto exactamente lo que digo de los cumpleaños: me siento igual que ayer. Nada en mí cambió en lo más mínimo, más que el número que me acompaña. Es raro... ojalá algún día le encuentre un sentido. Ahora es la una del mediodía con 17 minutos. Mierda, mis entradas están tardando más que nunca en salir. Ahora escucho La Vela y pienso que me gustaría verlos en vivo. Y que debería haber ordenado mi habitación hace rato, me había olvidado de lo bien que se sentía. Tengo hambre. Hace mucho calor, mucho. ¡oh, santo aire acondicionado! Me incomoda que las personas que no conozco me digan cosas como "amiga", demasiado, nunca sé como contestar. Ahora son las 15:25. No aguanto el saber que otra persona está enojada conmigo. Simplemente es algo que no permite estar bien en su entereza, como si hubiera algo constante molestándome. Es feo, no me gusta enojarme, más allá de la familia prácticamente no lo hago. Tengo tanta paja que estoy acostada boca abajo con los ojos cerrados, lo único que se mueven son mis manos. Tengo sueño y mucho, y bastante injustificado a decir verdad. Y me preocupa no tener que mendigar. Hace al menos un año que no andan los títulos de las entradas en este blog. No es que sean una cosa tan necesaria, pero a veces me gustaría que tengan,tal vez podría clasificar mejor a la hora de encontrar algo. Tampoco anda la edición del color. Es decir que si no paso el texto a un Word no puedo cambiarle el color. Lo intenté todo, pero no hay caso. Cuando uno es un fracaso, es un fracaso. Me da miedito quedarme dormida con las manos en el teclado y esta ventana abierta. Es como si la música fuera un círculo, al menos la que estoy escuchando. Hace que mi cabeza gire y me marea un poquito, aunque esté quieta. Es algo normalmente anormal. Evidentemente no iba a poder contra el sueño. Son las 22:15. Me dormí a las 15:30 aproximadamente y me desperté a las 21:00. Fuck! Efectivamente es la entrada más tardía de la historia. ¿Será que no tengo nada concreto para decir? ¡Pamplinas! (como si algún día lo tuviera). Bueno, hoy es 29 de diciembre, y teniendo en cuenta que empecé esto el 26 relativamente temprano, es hora de darle un fin. Sobre todo porque no escribí nada más que una sucesión de fechas. Sólo tengo que decir que me encanta como escribe Vargas Llosa y que el papá de Abraham tenía hijos, siete hijos tenía el papá de Abraham, qué nunca reían, que nunca lloraban porque hacía siempre así:

(vale por un saludo)

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