domingo, 5 de febrero de 2012


Nena, no te peines en la cama, dice la canción. La música suena muy linda hoy. Ahora, The Smiths. Estoy extrañamente feliz. Bueno, en realidad no extrañamente, siempre lo estoy, pero hoy tengo una alegría algo absurda. El día fue algo así como trabajoso, sin nada emocionante, y sin embargo estoy contenta. Porque estoy fresca y hay música buena. Eso es más que suficiente. Me di cuenta de que conozco muchas canciones de los Enanitos Verdes, bah, como todo el mundo, pero no me doy cuenta. Están ocultas en algún lugar de mi cabeza y de repente, cuando suenan, me doy cuenta de que las sé enteras. Y es como... ¿en qué momento pasó esto? Últimamente las cosas salen súper redondas. Eso es bueno. Ya es febrero. ¿Qué carajo? ¿Febrero? ¿Seis de febrero? Repito: ¿en qué momento pasó esto? En fin, son unas vacaciones simples pero placenteras, pero realmente... ¡cinco de febrero! Digo, seis, ya es seis. Mañana es el cumpleaños de la Abuela Uca. Ochenta, sí, ochenta años de ser la mejor abuela del mundo (porque claro, es una cualidad con la que se nace). Ayer vimos con la familia a dos novios vestidos de pitufos sentados en el baúl del auto, tomando fernet puro, llenos de globos y bocinazos. Quería decirlo porque fue muy punch. Eso. Hoy ya es 6-02. No, no estoy repitiendo la fecha, si no que en ese espacio me dormí, desperté, desayuné y demás. Procedo a contar: hace un rato lo llevamos a la veterinaria a Pancho. Sí, es todo un acontecimiento, porque pese a que queda a dos cuadras debe ser la primera vez que sale de casa legalmente. Casi se lo come un perro y lo tuve que llevar a upa para que no vuelva a suceder, pero igual, se portó como un rey. Merece su reconocimiento acá. Y me di cuenta de que ya tiene como once años, mínimo. ¡Qué loco! Ahora suena Up in the sky. How does it feel when you're inside me? Esto sí que hace mucho, mucho no lo escuchaba. Voy a comprar y vuelvo (11:22 a.m.). He vuelto (11:49 a.m.) y me estoy asando. Asando, asando, asando. Me voy a refrescar, chau. He vuelto. Faltan seis minutos para las ocho, y el olor a Off me invade y deleita. ¡Qué rico! Y ahora suena Jorge Drexler. Lindo también, ¿verdad que sí? Tengo ese recuerdo en la cabeza que me hace acordar mucho a una película de Woody Allen, y a la vez sé que muy probablemente lo esté imaginando. Es la segunda vez que me pasa eso en el día, empiezo a creer que estoy un poco loca. Me está cansando escribir así en blog, cuando desaparezca cambio, lo prometo.

Volveré y seré millones.

(en forma de fichas)

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