domingo, 22 de julio de 2012

toco y me voy

Es de noche. De fondo suena Murguita del sur, mientras como pasas de uva cubiertas con chocolate (a nadie le gustan, gente deforme). Está todo perfecto para escribir acá. Hoy pasó algo muy curioso que no me pude sacar de la cabeza por largo rato. Estábamos caminando por Caminito cuando una mujer justo al lado nuestro, desesperada, empieza a gritar que perdió a su hija. Ocho años, pelo rubio. Estaba al borde de las lágrimas, pedía por un policía, se la describía a mis viejos, a la gente. Gritaba su nombre: Mila. En fin, al minuto se empiezan a escuchar aplausos más adelante. La nena había seguido caminando, no estaba asustada, probablemente apenas notó que estaba perdida. La madre fue a encontrarla y nosotros seguimos nuestro camino. Todo normal, hasta que me doy vuelta y mis viejos estaban llorando... los dos. Mi viejo obviamente un poco más rescatado. Mamá, lloraba como si estuviera pelando cebollas en un funeral. Y me produjo una sensación muy extraña... no sé por qué, supongo que es raro ver a los padres de uno tan vulnerables y por algo que ni siquiera les pasó a ellos. Hoy, más tarde, vi como le robaban a una chica. Pobre, de la impotencia quiso correr al chorro. Su amiga la paró, por razones más que obvias. Creo que lloraba, y terminó de desquitarse dándole una patada al piso y dando un grito. Para el tipo con todo mi amor, qué hijo de una gran puta que debés ser. La mayoría de los insultos involucran a una puta o a un órgano reproductor femenino. Es repulsivo que hasta algo como las puteadas estén tan desbordadas de machismo. Pero como tantas cosas, al decirlas uno no piensa en el significado literal. Ya tienen un sentido generado por el uso o la costumbre. Cuando uno dice que alguien es hijo de una puta no se lo imagina siendo amamantado por Galaxia (cosa que no tendría nada de malo, mi pobre mujer de la noche), si no siendo un gran forro del ojete. Qué linda canción Barriletes. A la noche soñé que mi perro bailaba. Por dios, no me puedo sacar esa imagen de la mente. ¡Era tan adorable! movía sus patitas al son de una canción navideña, era tan real... hermoso. Vi al tanguero más lindo del mundo, lo juro. Me llama mi madre desde su habitación, deberían tener una campanita, cuando les agarra sueño se vuelven más demandantes que... bueno, no sé, pero que algo. Quiero ver The office, oh sí, el capítulo ya se cargó, y extrañamente en Cuevana. Lo voy a ver y vuelvo.  Listo. Al fin, quería terminar ese capítulo desde ayer y no podía porque se me apagaba Garota. Acabo de recordar una parte muy muy rara de mi sueño. Yo iba caminando por la calle con un trajecito en una percha. Era un traje de monja como marrón clarito (¿eso existe?). En eso, pasa en auto el hermano de una chica que conozco (el hermano imaginario, no tiene). Era súper lindo y estaba vestido de cura. Le dice a esta chica que le de mi teléfono porque yo era monja. Fin. Tengo sueño en los ojos, ese calor que envuelve los globos oculares llenando tu cuerpo de modorra. Qué linda palabra, ¿verdad? Estoy viviendo una etapa rara. Es casi perfecta, pero es rara, y no estoy segura si raro bien o raro mal. Simplemente raro. Tendré que tomarme un tiempo para averiguarlo. Mañana tengo que hacer dos cosas que rozan lo importante. Lo escribo acá como para extorsionar a mi conciencia, así se ve obligada. No me gusta que la gente crea que soy mala persona. Ojo, tampoco digo que sea una excelente persona. Hay gente que se jacta de serlo, y muchas veces con razón, pero yo no me atrevo. O al menos tengo asumido que en incontables ocasiones me muevo por el egoísmo de querer lo mejor para mí (o al menos lo que me divierte) sin pensar las consecuencias. Pero son cosas normales. Todo lo demás está en su sitio y bien puesto, no soy una hija de puta (he aquí de nuevo el tema de las "malas palabras". Ay de mí si me escuchara Fontanarrosa). 

 Hoy tengo muchas ganas de escribir. 
Tal vez vuelva. 

2 comentarios:

  1. volve perrooo, que no se me caiga una idola ajajaj

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  2. Me encantan las pasas de uva cubiertas de chocolate. Casi tanto como vos.

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Opiniones, cerezas y champignones.