sábado, 13 de febrero de 2010
# Hasta el final de los tiempos
Voy por la calle relatando mi propia vida. Cada rincón que encuentro, cada baldosa que piso, puede conducirme magicamente a mi mundo de fantasía. Ese mundo donde todo es perfecto, donde los problemas no se resuelven con disculpas vacías sino con real arrepentimiento. Sigo caminando y solo presto atención a la música que me llega a los oídos por los auriculares, esa que acompaña a mi pequeña vida paralela. Y así llego de repente a donde debía estar; llego a destino y, de pronto, noto que no recuerdo como pude llegar hasta allí, siendo que estuve todo el tiempo lejos, muy lejos, en un lugar mejor.
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Opiniones, cerezas y champignones.