sábado, 1 de octubre de 2011


Serafín, el pescador de estrellas.

Hay quienes piensan que la luna no es buen lugar para vivir. Dicen que es fría, algunos, solitaria, cuando no, ¡que es de queso! ¿Será alguna de estar suposiciones cierta? Sólo tenemos que preguntarle a Serafín, pero claro, eso supondría un problema, porque pocas personas tienen ánimos de viajar a la Luna. Sin embargo, hay quienes lo han visto. Serafín recuerda muy bien la primera vez que recibió una visita humana. Aquel francés llegó en su avioneta como si fuera un viaje que se realizara todos los días. Contó sus aventuras al pequeño gran hombrecito que allí habitaba: se jactaba de haber conocido ya otros habitantes solitarios del espacio, e incluso, de haber escrito una historia –que tal vez muchos recuerden al oír nombrar a cierto Principito- de uno de ellos. Serafín no pidió el dibujo de un cordero, ni tampoco una caja donde guardarlo. Se limitó a oír las historias que este hombre le contaba, eso era más que suficiente, se hallaba solo y era la primera vez que alguien se interesaba en su vida. El viajero continuó por el mundo mostrando sus ilustraciones y acertijos sobre boas que devoran elefantes (y a los ojos de algunos, de simples sombreros). Se despidieron y el pequeño ser de pecas y ojos resplandecientes, continuó paciente, a la espera de un próximo visitante.

Por su parte, el revuelo y la emoción reinaban en la Tierra. El despegue del Apolo 11 tenía a todos revolucionados. ¿Quién lo creería? ¡El primer hombre en la luna! O al menos, eso creían ellos…

El comandante Armstrong vio al pequeño habitante al apenas posar su enorme bota sobre la superficie lunar. Más tarde, junto a sus tres astronautas acompañantes, se enterarían de que su nombre era Serafín, un ser amable y risueño, que se alimentaba de sueños de distintas galaxias y pasaba su tiempo imaginando encuentros como aquel. Los aventureros del espacio estaban sorprendidos y alegres de conocerlo; al embarcarse en ese viaje, definitivamente lo último que esperaban, era encontrarse con un niño en ese inmenso satélite. Mientras tanto la gente, en sus hogares, veía la transmisión de tan importante evento, ignorando que tras la bandera estadounidense –que orgullosos habían plantado- se ocultaba nuestro curioso personaje.

Este jovencito qe jamás iba a crecer, tal como nuestro ya conocido Peter Pan, recibió muchas más visitas, aunque algunas más furtivas y poco conocidas por los terrestres. Llegaron a sus parajes poetas, cantores, abuelitas que preparaban deliciosas comidas y hasta un durazno muy valiente llamado Popote, de quienes muchos habrán oído hablar. Entre visita y visita, Serafín se entretenía pescando estrellas con su pequeña caña hecha de lápices de colores y un carretel de hilo. La carnada era nada más y nada menos que una gota de miel, que atraía a sus pequeñas amigas luminosas, quienes le servían de compañía y le regalaban historias fantásticas (ya que como todos sabemos, estos hermosos y brillantes seres son excelentes narradores de fábulas y cuentos).

Las historias sobre Serafín siempre me habían intrigado, por lo que sin más, guardé en mi mochila un frasco de miel para llevarle como obsequio, y emprendí viaje rumbo a su hogar. ¿Qué fue lo que descubrí? No más que lo que anteriormente relaté. Ciertamente, mi única incógnita era si era realmente feliz al vivir allí, tan solo y apartado del mundo. Y eso, debo admitir que lo descubrí apenas eché una ojeada sobre sus ojos. Sus ojos eran radiantes, puros, llenos de intriga y curiosidad sobre todo lo existente en el vasto universo. ¡Por supuesto que era feliz! ¿Qué más desea un niño que charlar con estrellas y tener un mundo por explorar? Habiendo conocido a este amable sujeto, y luego de intercambiar conocimientos, juegos, y demás cosas típicas de nosotros –los soñadores- emprendí mi viaje de regreso. Ahora sé por qué la luna siempre nos genera tanta curiosidad. Muy en el fondo de nuestra imaginación, aunque no podamos verla, se esconde la imagen de Serafín, el pescador de estrellas. Afortunados aquellos, que sigan su instinto y se aventuren a conocerlo.

Fin.




Al carajo con los borradores y las correcciones. Hasta me olvidé las sangrías, cada vez peor. Me gusta escribir cuentos infantiles,

mucho.

Hasta la próxima.

(o como diría el querido Arnold, hasta la vista, baby)

2 comentarios:

  1. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION


    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA, TOQUE DE CANELA ,STAR WARS, CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

    José
    Ramón...

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  2. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
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    invitarte
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    que
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    José
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